Tres noches después de besarte,
sentirte y tocarte aun te siento en mi piel como un tatuaje dibujado entre mis
piernas, mis labios y mis venas, siento la necesidad de tenerte; nuevamente
acostado en tu regazo me encuentro dormido.
Con un estruendo despierto, ahogado
por tus gemidos, es tu voz que me llama y me dice que le haga el amor como
jamás en su vida lo ah sentido.
M.F.
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