Ojos
de Esmeralda…
Ojos verdes, así, como el rocío que
resbala sobre la esmeralda, en una madrugada de Diciembre; pronunciaste mi
nombre, fijamente; con voz de ángel, sin proferir señal, como serpiente, atenta, y en silencio. Un café mientras te
tomo de la mano, indicó que solo era un pasajero mas, de tu tren, seguías bailando
en la oscuridad, nuestra compañera, nos guardaba el secreto de la noche mas
sublime, cantamos una balada, volar y flotar
en el viento y las olas del mar, indicaban el camino de regreso a tu cuerpo.
M.F.
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